Algunos países como Holanda o Reino Unido se han apuntado ya a la reducción del horario laboral. ¡Ahora se trabaja de lunes a jueves!
Durante los últimos años, y coincidiendo con la migración de la oficina al hogar y el desarrollo de las nuevas tecnologías, vemos que es más común trabajar 4 días a la semana. Un hecho que se ha convertido en tendencia, como ya veníamos anunciando, en algunos países europeos, junto a varios estados de los EEUU.
Lo que está claro es que este horario alienta y motiva a los trabajadores, que llegan más relajados a sus puestos de trabajo. Otros, en cambio, prefieren trabajar encerrados en cuatro paredes hasta el jueves, y el viernes dedicarlo a reuniones y negocios fuera del cubículo.
Este sistema laboral produce algo que normalmente no tenemos en cuenta, y es la posibilidad de ahorrar en gastos de luz, calefacción o agua entre otros, junto con el transporte y el tiempo que se pierde con el tráfico. Además, si tenemos en cuenta que el tiempo de trabajo, normalmente, es mayor que el de ocio, este plan estimula a los empleados que incrementan la productividad laboral.
Y aunque parece un buen planteamiento, tenemos que ver las dos caras de la moneda, un día menos de trabajo a la semana, es igual a menos salario a final de mes. Entonces, ¿tú qué prefieres?